por Oliver Cantú
Apenas vi tras la ventana y una extraña sensación me invadió, un cierto vacío incomodo al ver lo que otros carecen, sin contemplar lo que a mi me falta. Dentro de la casa, “Simón de Betania”, había un señor grande acostado con sus manos juntas, como si orara. Después, un joven se levantó con dificultad para hacer algo… no lo pude ver, preferí mirar al frente y caminar como si nada sintiera. No quería prestar atención a lo que había visto al otro lado de la ventana, sabía que de lo contrario comenzaría a imaginarme los gritos de dolor, la desesperación, la tristeza y muertes que han ocurrido dentro de ese cuarto. Lee el resto de esta entrada »